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martes, 1 de septiembre de 2015

Héroes del Silencio

Hace unos días, cambiando la sintonía de la radio aleatoriamente mientras conducía, empezó a sonar una canción de esas que a la vez que las oyes, te vienen cientos de recuerdos a la cabeza. La canción en cuestión era Entre dos Tierras de los Héroes del Silencio. Sin lugar a dudas el tema más conocido/popular de la banda zaragozana encabezada por Enrique Búnbury, antes de que se pasase de Bumbury y no se acordase de que se llama Enrique.



Creo que los Héroes del Silencio fueron sin lugar a dudas el grupo español, además de más internacional, el que más odios y amores ha despertado entre la juventud y nos tan juventud española. O les querías con locura, o decías esa frase “tan ingeniosa” de: Si son los Héroes del Silencio, ¡porque coño no se callan! Es más creo que Juan Carlos la sacó de ahí cuando se la soltó al ya muerto y enterrado (lo más profundo que se pueda, no le vaya a dar por resucitar, que este con la mala ostia que tenía, era capaz de todo) presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Aquellos que no lo vivieron, no pueden hacerse una idea del fenómeno fan que propició la banda. Éramos millones los que no solo comprábamos sus discos vorazmente (el de Avalancha ha sido el único disco por el que yo he hecho cola), si no que buscábamos en tiendas especializadas todo tipo de material B, como grabaciones piratas de conciertos, camisetas no oficiales, posters, etc.
Creo que entre 1994 y 1997, en el 85% de mis camisetas y sudaderas estaba impresa el careto de alguno de los de la banda (joder y eso que así agradables de ver tampoco eran) o alguno de sus símbolos. Incluso estuve a punto de dibujarme en un peluquero especializado el logotipo en la coronilla. Gracias a Dios, por entonces todavía dependía económicamente casi exclusivamente de mis padres, y cuando les comenté la idea, la expresión de “tu estás gilipollas niño”, me indicó que no iba a ser posible, al menos en un sitio tan visible.
Pensé en hacérmela en otra parte del cuerpo que también tuviera pelo abundante y que no fuera tan visible, pero no me imaginaba poniendo las pelotas encima de una silla, y que un peluquero molón me pasase selectivamente una maquinilla haciendo la forma de la H y la S entrelazadas (tenía las pelotas peludas porque por entonces NADIE se depilaba las partes nobles, todos/as éramos más de matojo, de ahí la frase, "donde hay pelo, hay alegría).

Me río yo de los grupos moñas de ahora para adolescentes. La mayoría están prefabricados en las discográficas, donde seleccionan a dedo a los componentes en un casting de miles de cantantes adolescentes guapos y con voz prodigiosa. Luego les ponen un asesor de imagen, alguien que les enseñe a hablar y comportarse en público (a Justin Bieber esto le ha fallado ves tú), un coreógrafo que les enseña a moverse como Michael Jackson y  un community manager que les enseña a como, cuando y donde sacarse las fotos más chachis y subirlas a Instagram, Facebook y Twiter. Fans tienen desde luego, pero todo demasiado premeditado y enlatado. Todo demasiado de manual. Sin sitio para la improvisación.

A los Héroes, al contrario, nadie les decía cómo comportarse (o al menos eso parecía). Recuerdo ese concierto en el que un listillo le tiró una botella de agua vacía a Juan Valdivia (guitarra solista), mientras se marcaba un punteo tremendo con un cigarro en la boca. Terminó su punteo. Apagó su cigarro en el suelo, y sin levantar excesivamente la mirada de su guitarra, hizo la señal del pajarito en alto para que la viera todo el estadio. Evidentemente el rugido de la masa no se hizo esperar.


Hay que hacer una mención especial a sus letras. Prácticamente todas las canciones eran escritas y compuestas por el grupo. Un profesor de Literatura de mi colegio nos llegó a recomendar que hiciéramos análisis de texto con sus canciones, y que tratásemos de averiguar. Yo creo que eso ha hecho, que al contrario que en otras bandas míticas del Rock, que han ido cambiando sus grupos a lo largo de su trayectoria, los Héroes son prácticamente insustituibles, sobre todo su cantante. Quién coño se iba a inventar letras tan enrevesadas y con tanto sentido oculto, si no era Enrique Bunbury. Lo malo, es que de tan bueno que era, la bombilla se le pasó de rosca.
Es sorprendente, que aunque únicamente sacaron 4 discos de estudio, desde 1996 se han publicado 14 discos más, entre los que hay reediciones de los discos originales, material audiovisual, rarezas y recopilatorios. Lo que me hace pensar, estos tíos se tenían que pasar el puto día con una cámara al hombro... porque entonces no había teléfonos modernos y cámaras de acción ni demás. Para tanto da el material no publicado de un grupo, o es que en la discográfica, ha querido exprimir el máximo su nombre.

Lamentablemente los Héroes se separaron en 1996. Volvieron 11 años después en 2007. Hicieron gira de 10 conciertos únicos por todo el mundo y se volvieron a separar esta vez ya para siempre. A pesar de que han sido miles las voces que han pedido la vuelta a los escenarios de la banda, Enrique ya ha confirmado que, desde luego, con él en el micrófono no será. Una lástima, aunque los que seguimos teniendo a los Héroes en el corazón, nunca perdemos la esperanza.

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